2019 / LA MIRADA SITUADA
El espacio cultural constituye un horizonte de comprensión, forma
parte de la existencia, incorpora la trama del lenguaje, la noción de
pertenencia y establece las formas y valores para auto comprendernos desde una
opción ética surgida de nuestra propia autenticidad.
Rodolfo Kusch
Somos seres arrojados en un suelo, en un territorio que constituye
nuestro paisaje cultural, nuestro domicilio existencial. Aquel que nos define
en nuestras formas de entender, interpretar y expresar el mundo y que, por lo
tanto, determina nuestros juicios y prejuicios, nuestros valores y
valoraciones. Aún en tiempos globalizados e hiperconectados en los cuales el
horizonte se mueve constantemente y se amplía así el territorio en el que se
dan los procesos de circulación de sentido, la mirada propia se sigue
ejerciendo desde un espacio situado. O, dicho en términos de Rodolfo Kusch, en
un espacio sitiado que limita las representaciones que nos hacemos del mundo
que nos rodea y determina nuestras perspectivas y abordajes. Pero no estamos
solos, la mirada del otro contempla y completa. Formamos parte de un entramado
de sentidos que, en una relación dialéctica, nos define y (re)definimos
constantemente.
La mirada situada busca reconocer a los diversos actores
sociales que interactúan con el arte contemporáneo en el territorio cordobés y
de la región, generando una trama de complejidades que lo presenten en su
polisemia: artistas, instituciones legitimadoras, públicos cautivos y
potenciales. La mirada situada intenta unir las partes, reconociendo
y poniendo en valor las diferentes formas de habitar ese espacio en
términos éticos y estéticos.